1 El Señor es mi pastor;
nada me falta.
2 En verdes praderas me hace descansar,
a las aguas tranquilas me conduce,
3 me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos,
haciendo honor a su nombre.
4 Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu bastón me inspiran confianza.
5 Me has preparado un banquete
ante los ojos de mis enemigos;
has vertido perfume en mi cabeza,
y has llenado mi copa a rebosar.
6 Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.
Notas de estudio:
Salmo 23 En este salmo se aplican al Señor dos imágenes poéticas: la del pastor que cuida sus ovejas (vv. 1–4) y la del anfitrión que agasaja a su invitado con un magnífico banquete. El sentimiento predominante del Salmo 23 es el de plena confianza en el amor y la fidelidad del Señor. Cf. Sal 27.
23.1 (1b) Pastor: Véase Jn 10.11 n., y cf. Gn 49.24; Is 40.11; Jer 31.10; Ez 34.11–16; Jn 10.14–16; Heb 13.20; 1 P 5.4. Véase Pastor en el Índice temático.
23.2 Cf. Jer 31.9; Eze 34.13–15; Apo 7.17.
23.3 Cf. Isa 40.31
23.3 Caminos rectos: lit. caminos de justicia. Cf. Pr 4.11–12.
23.3 Haciendo honor a su nombre: lit. por causa de su nombre, es decir, por razón de lo que él es, haciendo honor a lo que él es realmente. Véase Sal 8.1 (2) nota c, y cf. 25.11; 31.3 (4); 106.8.
23.5 Me has preparado un banquete: lit. tendiste ante mí una mesa. La invitación a comer era no solo un gesto de hospitalidad, sino también símbolo de solidaridad y de alianza. Cf. Gn 18.5–8; 19.2–3; Sal 41.9 (10); Lc 22.17–21.
23.5 El hecho de verter aceite perfumado sobre la cabeza del huésped era otro signo de amistad y hospitalidad. (Lc 7.37–38,46). Véase Sal 92.10 (11) n.
23.5 Cf. 1 Co 10.16.
23.6 Sal 27.4
La Bibla de estudio: Dios habla hoy. (1998). Sociedades Bíblicas Unidas.
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